La ITV es el equivalente español a la Inspección Técnica de Vehículos, que se realiza anualmente para comprobar que los vehículos cumplen una serie de requisitos técnicos y legales. La ITV es obligatoria para todos los vehículos a motor, tanto coches como motos, que circulen por España.
La ITV tiene una doble función: por un lado, garantiza la seguridad del vehículo y, por otro, la protección del medio ambiente. En cuanto a la seguridad, se comprobarán aspectos como el estado de los frenos, la suspensión, la iluminación, los neumáticos, etc. En cuanto al medio ambiente, se evaluará el nivel de contaminación del vehículo.
Para realizar la ITV, el vehículo debe estar en perfectas condiciones técnicas y legales. En cuanto a las condiciones técnicas, el vehículo debe estar en perfecto estado de funcionamiento, es decir, que no presente ningún tipo de defecto mecánico. En cuanto a las condiciones legales, el vehículo debe estar matriculado y tener la inspección técnica al día.
La ITV se realiza en una estación de inspección técnica de vehículos, que debe estar homologada por el Ministerio de Fomento. En la estación, el vehículo será sometido a una serie de pruebas, tanto mecánicas como de contaminación. Si el vehículo supera las pruebas, se le expedirá un certificado de ITV, que será válido por un año.
En el caso de que el vehículo no supere la ITV, se le dará un plazo de un mes para que se ponga en conformidad. Si, una vez transcurrido este plazo, el vehículo no ha sido puesto en conformidad, será denunciado ante el Juzgado de Guardia.
La ITV es un trámite obligatorio para todos los vehículos a motor que circulen por España. Su finalidad es garantizar la seguridad del vehículo y la protección del medio ambiente. Para realizar la ITV, el vehículo debe estar en perfectas condiciones técnicas y legales. Si el vehículo no supera la ITV, se le dará un plazo de un mes para que se ponga en conformidad.